Remedios caseros para los calambres musculares

Casi todos experimentan un calambre muscular en algún momento de su vida. Es especialmente común entre las personas que participan en deportes. De hecho, los calambres musculares afectan al 39 por ciento de los corredores de maratón, al 79 por ciento de los atletas y al 60 por ciento de los ciclistas en un momento u otro.

Estas contracciones repentinas e involuntarias pueden ocurrir en diferentes grupos musculares. Los más afectados son los músculos de la parte posterior de la pierna y el frente y la parte posterior del muslo. Los calambres musculares también pueden ocurrir en la pared abdominal, brazos, manos y pies.

El dolor agudo intenso es el síntoma más común. También puede estar acompañado de hinchazón, dolor e inflamación.

En algunos casos, se desarrolla un bulto duro de tejido muscular debajo de la piel. Un calambre muscular puede durar de unos segundos a 15 minutos o más.

En muchos casos, la causa exacta no se conoce. Sin embargo, a menudo resulta del uso excesivo de sus músculos mientras hace algún tipo de ejercicio.

Otras causas incluyen lesiones musculares, deshidratación, mala circulación y una deficiencia de un mineral como calcio, magnesio o potasio.

También puede asociarse con afecciones médicas como el síndrome de piernas inquietas, la compresión del nervio espinal, el alcoholismo, el embarazo, la insuficiencia renal, la diabetes y el hipotiroidismo.

Por lo general, no se necesitan medicamentos para tratar un calambre muscular común. Sin embargo, para acelerar el tiempo de recuperación y disminuir la incomodidad, puede probar algunos remedios caseros simples.

Para empezar, comience a estirar y masajear los músculos afectados. También puedes aplicar calor para relajar los músculos tensos.

Remedios caseros para los calambres musculares.

 Compresa fría

Después del tratamiento térmico inicial o después de que el dolor haya mejorado, use una compresa fría en los músculos doloridos para proporcionar un alivio completo de un calambre muscular.

La temperatura fría adormecerá el dolor, reducirá la inflamación y permitirá que el músculo afectado se relaje. Además, una vez que el calambre desaparece, una compresa fría ayudará a reducir el dolor al restringir los vasos sanguíneos.

Envuelva un puñado de cubitos de hielo en una toalla fina y colóquelo en el área afectada durante aproximadamente 15 minutos. Repita cada dos horas durante uno o dos días.

Otra opción es tomar una ducha fría cuando sea necesario para relajar los músculos doloridos.

Sal de Epsom

La sal de Epsom también se puede usar para tratar los calambres musculares. El magnesio en la sal de Epsom promueve la relajación muscular y la curación.

Llena tu bañera con agua tibia.

Agregue dos tazas de sal de Epsom y revuelva bien.

Remojate en este baño por 20 minutos.

Por lo general, tomar este baño una vez se encargará del problema. Sin embargo, si es necesario, puede repetir este remedio al día siguiente.

Nota: La sal de Epsom no debe ser utilizada por personas que sufren de problemas cardíacos, presión arterial alta o diabetes.

 Vinagre de sidra de manzana

Al ser rico en potasio, el vinagre de sidra de manzana crudo y sin filtrar ayuda a aliviar los calambres musculares. El potasio bajo es una de las causas comunes de los calambres musculares. Además, hay varios nutrientes en el vinagre de sidra de manzana que ayudan a controlar el equilibrio de líquidos en el cuerpo, evitando así la deshidratación.

Mezcle una cucharada de vinagre de sidra de manzana en un vaso de agua tibia. Beba este tónico una vez al día para prevenir los calambres musculares.

Para prevenir los calambres nocturnos en las piernas, puede mezclar una cucharadita de vinagre de sidra de manzana y miel y una cucharada de lactato de calcio en medio vaso de agua tibia. Beba esta solución diariamente por la noche, aproximadamente media hora antes de acostarse.